Edward Elgar nació el 2 de junio de
1857 en Broadheath (Worcestershire) en las Midlands. En la época en la
que nació, Inglaterra, que tuvo un glorioso pasado musical, era
considerada un país sin música. El siglo XIX había sido un yermo
musical, sin ningún nombre que pudiera compararse a los genios que había
dado la música en Alemania, Austria, Italia, Rusia o Francia.
Nuestro
compositor estudió en su región natal. Su familia, sin grandes recursos
económicos, no pudo enviarlo a estudiar a alguna escuela importante.
Incluso el joven Edward empezó a trabajar como oficinista en un despacho
de abogados. Poco a poco empezó con su carrera musical y comenzó a
ganar una cierta fama local como instrumentista. Pudo viajar por Europa y
se empapó de la música de Schumann, Brahms y Wagner.
Compaginó
su actividad como instrumentista y compositor con la docencia. Así
conoció a Caroline Alice Roberts, hija de un general. Cuando Caroline
Alice se comprometió con Edward, de clase media y además católico, fue
desheredada por su familia. Caroline Alice y Edward se casaron en 1889.
Se
instalaron en Londres, pero Elgar no llegó a triunfar. Volvieron a
Worcester en 1891 donde Elgar empezó a tener un reconocimiento a su
trabajo como compositor. Además en su tierra natal podía compaginar su
trabajo compositivo dando clases de música que ayudasen a su no
demasiado boyante economía.
Edward Elgar en 1900 |
Alfred
Jaeger su editor y amigo le dijo para animarle: "el día de tu
reconocimento universal llegará". Sus palabras resultaron proféticas.
Elgar acababa de componer una serie de variaciones sobre un tema propio,
en la que retrataba a sus mejores amigos, dedicando a cada uno una
variación. Cada una de las variaciones llevaba el alias de uno de sus
amigos. La obra se titulaba Variaciones para orquesta sobre un tema original op. 36. Elgar había escrito la palabra Enigma en la partitura. La obra fue a parar a manos de Hans Richter, director de orquesta de fama mundial. Había estrenado en Bayreuth El anillo del nibelungo de Wagner, las Sinfonías 4 y 8 de Bruckner, las Sinfonías 2 y 3 de Brahms, el Concierto para violín y orquesta
de Tchaikovsky. Era una de las grandes estrellas de la dirección.
Richter vio la obra de Elgar y le pareció una obra magistral. Richter
estrenó las variaciones de Elgar en Londres en 1899, la obra empezó a
ser conocida como Variaciones Enigma y con el espaldarazo que dio a Elgar la reputación de Richter, se convirtió en un compositor mundialmente conocido.
A partir de este momento llegó lo mejor en la obra de Elgar, The dream of Gerontius y la Sinfonía n° 1 que tuvo esta dedicatoria: A Hans Richter, verdadero artista y fiel amigo. Ambas obras fueron estrenadas ambas por el director austro-húngaro. Llagarían más tarde el Concierto para violín, la Sinfonía n° 2 y el Concierto para violoncello.
Elgar fue nombrado Caballero del Imperio Británico en 1904, a partir de entonces fue Sir Edward Elgar y su mujer, la desheredada Alice, se convirtió en Lady Elgar. Alice Elgar falleció en 1920 y Edward hizo enterrar con ella todos los honores y condecoraciones que le habían concedido. Eran para ella.
Los últimos años de su vida los dedicó Elgar a grabar sus propias obras, primero con técnica acústica y luego, tras la generalización del uso del micrófono a mediados de los años veinte, con la llamada técnica eléctrica.
Edward Elgar falleció en Worcester el 23 de febrero de 1934.
Recordada muy brevemente la trayectoria de Edward Elgar, vamos a retomar el título de la entrada, que hace referencia al fútbol. Una amiga de Elgar, Dora Penny, retratada en las Variaciones Enigma como Dorabella, una de las protagonistas del Cosi fan tutti de Mozart; introdujo a nuestro compositor en la afición al fútbol. El padre de Dora era el pastor anglicano de Wolverhampton, en cuya ciudad se fundó en 1877 uno de los equipos más antiguos del mundo, el Wolverhampton Wanderers, los Wolves, a los que aprovechamos para felicitar por su reciente ascenso a la Football League Championship.
Elgar hacía en bicicleta los 60 km entre Worcester y Wolverhampton para ver a los Wolves en su estadio de Molineux los sábados por la tarde. Eso era un fan y no los de ahora que se van antes de acabar los partidos.
En febrero de 1898, tras un partido en el que Billy Malpass, la estrella local, había marcado un gol, Dora Penny envió a Elgar un recorte de prensa. El titular era: He banged the leather for goal, algo así como Golpeó el cuero para marcar gol. A Elgar le vino la inspiración al leer el artículo y escribió la que, probablemente, es la primera música destinada a ensalzar a un equipo de fútbol y a una de sus estrellas.
He buscado, sin éxito, la canción, que se ha interpretado recientemente tras años de olvido. No creo que tarde en grabarse o en aparecer en youtube, cuando ocurra modificaremos la entrada para que la podáis escuchar.
De todos modos, este cántico no caló en la afición de los Wolves. Pero no se iban a olvidar de su ilustre supporter. Así surgió una asociación con otra música de Elgar. Volvemos a las Variaciones Enigma. Elgar dedicó la más impresionante de las variaciones a su editor y amigo Alfred Jaeger, el que predijo la fama universal de nuestro compositor. Jaeger es la forma inglesa de Jäger, que en alemán significa cazador. En el alias de las Variaciones Enigma Elgar la tituló, jugando con el significado de la palabra, Nimrod haciendo referencia a un cazador bíblico. Pero los Wolves, Lobos, también son cazadores. Así, desde las gradas de Molineux, se escuchaba a los fans del Wolverhampton Wanderers cantar Nimrod.
Escuchemos pues Nimrod de las Variaciones Enigma de Elgar, con Daniel Barenboim y la Orquesta Sinfónica de Chicago, dedicado en 1997 a la memoria de otro cazador, en este caso de sonidos, que había fallecido recientemente, el gran Sir Georg Solti.
Pero la asociación de Elgar con el fútbol, no termina ahí. En 1901 Elgar compuso una obra dedicada a ensalzar las glorias del Imperio Británico. Iba a ser una marcha. Cuando la estaba componiendo Edward dijo a su mujer: He encontrado un tema que les va a golpear de lleno. La obra en cuestión es la primera de las marchas de Pompa y circunstancia. La parte lenta de la marcha, el trio, es un andante emotivo, que nada más estrenarse conquistó al público inglés. Tan popular se hizo que inmediatamente se pidió a Elgar que lo arreglase con una letra adecuada, convirtiéndose en una especie de segundo Himno Nacional. Con su nueva letra se convirtió en Land of Hope and Glory (Tierra de esperanza y gloria), que las aficiones de muchos equipos de fútbol, entre ellos la Selección Nacional de Inglaterra, adaptaron para animar a sus jugadores.
Escuchemos para terminar Land of Hope and Glory, en una grabación de los Proms Londinenses de 2011 y veamos cómo se ponen los ingleses al escuchar esta música, que como ya dijo Elgar, les golpeó de lleno.
MANUEL AGUILA