Alan Shearer respiró ayer por primera vez. Después de muchos inventos, después de un 4-3-3 sin táctica, sin estrategia ni sentido, ayer el Newcastle sumó tres puntos vitales frente a un rival directo.
Desde que llegó el nuevo entrenador al equipo de las urracas, he sido un fiel seguidor de sus innovaciones, evoluciones y de su método de trabajo. Pues bien, sinceramente los primeros partidos incluido el de ayer, tengo que hablar de decepción. En su debut empezó poniendo tres centrocampistas, con Duff (interior izquierda), Butt (mediocentro) y Alan Smith (interior derecha). Tres delanteros Viduka, Martins y Owen, haciendo todos un poco de todo, y por cierto renunciando totalmente a las bandas. Ayer parece que se dio cuenta y cambió un poco la fisonomía del equipo, apostó por la lógica, es decir, dos mediocentros, dos bandas, y arriba dos rematadores como Viduka y Owen.
Aún así, la cosa no empezó bien para el equipo de St James´ Park, el Boro se adelantó en el marcador gracias a la persistencia de Tuncay y a la mala suerte de Beye. El equipo tuvo temple, y apenas cinco minutos después de este accidente (que no sería el último de la noche), el equipo empató con un gol de Taylor. Harto ya el entrenador de que el gol no llegara, introdujo los cambios de Oba Martins y de Lovenkrands. Minuto 71 marca el nigeriano en un claro fuera de juego (segundo accidente de la noche), y acabando ya casi el partido, el danés, ex del Rangers, sentenció con el tercer gol mientras el defensa Matthew Bates se dolía de un golpe en la cabeza.
En fin, que Gareth Southgate tiene mucho trabajo en el Middlesbrough, y veo complicada su permanencia en la Premier. Y por otro lado, el Newcastle mucho tiene que cambiar, empezando por la parte táctica, y eso es trabajo de Alan Shearer. Y cuidado a todos que todavía quedan SEIS puntos.
FIRMA: DAVID SERRANO
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